La izquierda, que fue necesaria y cumplió un papel imprescindible para luchar contra los abusos de los poderosos, se pervirtió con el comunismo, que asesinó a más de cien millones de personas, arruinó a todos los países en los que gobernó y en su intento de manipular la conducta y la naturaleza humanas, fracasó. La caída del muro y los miles de asesinados mientras trataban de escapar de los “paraísos socialistas”, son la evidente prueba de su fracaso.
Ahora, con el objetivo de volver a dominar a los pueblos, está intentando disolver las bases morales de la sociedad y todo aquello por que los hombres han luchado para defender siempre con su propia vida: la familia, la libertad, la propiedad y la patria, entendida como la nación en la que conviven todos los ciudadanos y que quieren hacer más fuerte y mejor.
Esos valores hacen que el hombre pueda enfrentarse al poder para defenderlos. Si se los quitas o haces que no los aprecie, le anulas y le dominas.
Destruir esos valores es el plan: aborto a tutiplén, ley trans, guerra de géneros, inmigración ilegal, desprestigio de los jueces y la policía, protección de los okupas, fomento del separatismo, etc, etc, etc.
Todo lo que sirva para desunir y desestabilizar es bienvenido y contribuye al objetivo de tener una sociedad deshecha y débil.